1847.-
Marzo: «No hago lo que me prescribo; lo que
hago, no lo hago bien» Abril: «Tiene
que haber un cambio en mi manera de vivir».
1850.-
Junio: «Una vez más retomo el diario y una
vez más con un nuevo fervor y un nuevo objetivo (...) quizás vuelva
a abandonarlo»; «...una cosa me tiene descontento: no logro dominar
la lujuria».
1851.-
Marzo: «...esos libros que se escriben con el
propósito de tener muchos lectores, no son obras literarias»;
«Dónde está la frontera entre la prosa y la poesía es algo que
jamás comprenderé» Abril: «...fui
vanidoso y cobarde»; «mentí y fui muy vanidoso»; «la lascivia me
atormenta» Junio: «Sigo
siendo perezoso, aunque estoy satisfecho conmigo mismo, con excepción
de la lascivia» Julio: «me
emborraché y dormí con una mujer; todo esto es muy malo y me aflige
mucho» Septiembre: «Perdí
más de lo que tenía en el bolsillo» Noviembre:
«Nunca he estado enamorado de las mujeres.
(...) Con mucha frecuencia me he enamorado de hombres».
1852.-
Enero: «Todo escritor tiene en mente para su
obra una categoría especial de lectores ideales» Marzo:
«Un deseo: librarme de la vanidad (...) tres pasiones insanas: el
juego, la lujuria y la vanidad» Mayo:
«¿Tengo talento en comparación con los
nuevos escritores rusos? Decididamente no» Agosto:
«Escribir a lo largo de la vida un buen libro es más que
suficiente» Septiembre:
«Necesito escribir y escribir. Es el único camino para conseguir
una forma y un estilo» Octubre:
«El amor no existe. Existe una necesidad carnal de comunicación y
una necesidad racional de un compañero para la vida».
1853.-
Octubre: «Cuando se lee un trabajo, y en
especial uno netamente literario, el interés principal radica en
cómo el carácter del autor se expresa en la obra»; «Revisar todo
trabajo que haya sido terminado en borrador, eliminando todo lo
superfluo y sin agregar nada. Ese es el primer proceso».
1854.-
Junio: «Tuve diversas mujeres, mentí, fui
vanidoso (...) Jugué y me vi obligado a pedir dinero prestado»
Julio: «...hay algo
que amo más que el bien: la gloria. (...) Si tuviera que elegir
entre la gloria y la virtud elegiría la primera» Agosto:
«Perdí en el juego lo que me quedaba de
dinero y 3.000 rublos que no pude pagar».
1855.-
Enero: «Jugué durante dos días y dos
noches. (...) lo perdí todo; la casa de Yásnaia Poliana»
Marzo: «Hoy comulgué. (...) «...y la fe me
llevó hasta una idea grande, inmensa, a cuya realización me siento
capaz de consagrar mi vida. Esta idea es la de fundar una nueva
religión...» Septiembre: «...la
literatura continúa siendo lo único, lo principal y lo que debe
dominar todas mis otras inclinaciones y ocupaciones. Mi objetivo es
la gloria literaria. (...) «Debo, cueste lo que cueste, conseguir la
gloria».
1856.-
Febrero: «Mis defectos principales: hábitos
de ocio, desorden, lascivia y pasión por el juego. (...) Me peleé
con Turguéniev y recibí a una muchacha en mi casa» Abril:
«Siento la necesidad de aprender, aprender y
aprender» Mayo: «No
dejar jamás escapar las ocasiones de placer y no buscarlas jamás.
Me impongo como regla eterna no entrar nunca en un sólo cabaret ni
en un sólo burdel» Junio: «...fui
a ver a los campesinos. No quieren la libertad».
1857.- Mayo:
«El apetito sexual me atormenta
terriblemente» Julio: «Lo
más importante: la idea de crear una escuela en la aldea me llegó
con fuerza...» Agosto: «La
pobreza de la gente y los sufrimientos de los animales son
terribles... (...) El deseo sexual me atormenta».
1858.-
Febrero: «Los pensamientos sobre la
proximidad de la vejez me atormentan» Mayo:
«Vi de modo fugaz a Aksinia. Es muy hermosa»
Junio: «Poseí a
Aksinia...; pero estoy cansado de ella»
Diciembre: «Hay que escribir sin ruido, con
tranquilidad, sin tener como objetivo publicar»; «Llegué a Moscú
(...) dilapidé mucho dinero».
1859.- Mayo:
«De Aksinia me acuerdo sólo, exclusivamente,
de sus hombros» Octubre:
«Continúo viendo a Aksinia exclusivamente»; «Golpeé dos veces a
un hombre durante el verano»; «Vino Aksinia».
1860.-
Agosto: «Soñé con la abolición de las
ruletas» Octubre: «...me
llegó la idea de escribir un evangelio materialista».
1861.-
Abril: «...pensamientos sobre Dios y la
inmortalidad».
1862.-
Agosto: «¡No tengo amigos, ni uno! Estoy
solo»; «No es amor como antes, (...) Cerdo» Septiembre:
«Sonia (...) me atrae de una manera
irresistible»; «¡Dios! Ayúdame, enséñame»; «...no tendré
secretos para uno sólo, sino secretos para los dos, ella lo leerá
todo»; «Se lo dije. Ella: sí. Parecía un pajarito herido».
Antes de la
boda, tal como ha dejado consignado en los diarios, comete la
brutalidad de entregárselos a ella para que los lea y que de esa
manera no existan secretos acerca de su vida anterior; aquella
muchachita queda anonadada.
Aksinia
es una sierva de la finca que ya le había dado un hijo y con la que
llegó a pensar en casarse; la madre y el hijo vivirán y trabajarán
en la misma finca toda su vida.
«El
día de la boda miedo, incredulidad y el deseo de huir. La solemnidad
de la ceremonia. Ella desconsolada (...) Ella lo sabe todo y es
simple (...) Su terror. Algo enfermizo»; «Hoy hubo una escena»
Octubre: «Hemos
vuelto a tener dos enfrentamientos».
*
* *
Se diría
que poco hay que añadir a este sucinto extracto de sus diarios
escritos durante dieciséis años. Ahora él cuenta treinta y cuatro y
ella dieciocho. Comienza una segunda etapa en su vida, la más
creativa, que le durará aproximadamente hasta que cumpla los
cincuenta años en que comenzará la tercera.
Las
«escenas» y los «enfrentamientos» que como deja escrito en sus
diarios comienzan prácticamente al día siguiente de la boda,
persistirán durante las dos siguientes etapas, todo el resto de su
vida; aunque hay que señalar que serán breves y terminarán siempre
en la alcoba. Muy a menudo, casi constantemente, las paces de
aquellos enfrentamientos las harán en la cama a pesar de que ella
nunca gozó del sexo: «Meses después de casarse escribe Sonia: «El
aspecto físico del amor —"eso",
le llamaba ella— es muy importante para
él,...» y comenta que le resultan
repugnantes las relaciones sexuales tan frecuentes» (1). Aquella
«muñeca de porcelana» (2) no estaba hecha para los fogosos
impulsos sexuales de Tolstói ni los comprendía.
Pero en ese
matrimonio hay otro desencuentro. Escuchemos a Romain Rolland: «En
los primeros capítulos de Guerra y paz
escritos poco tiempo después de casarse, las
confidencias que el príncipe Andréi le hace a Pierre sobre el
matrimonio traslucen el desencanto del hombre que ve en la mujer
amada a una extraña, a una enemiga inocente, el obstáculo
involuntario a su desarrollo moral» (3). Este era su caso; Sonia se
propone (y conseguirá) que Tolstói renuncie a continuar con sus
actividades ético-morales —dedicarse a la escuela que ha creado en
su hacienda de Yásnaia Poliana y al estudio y desarrollo de la
pedagogía para mejorar la enseñanza— y gracias a ello se pone a
escribir.
Es
sorprendente que esta etapa de su vida llegue a ser, a pesar de esas
dos contrariedades, la más creativa. A lo largo de ella verán la
luz sus dos grandes obras literarias: Guerra y
paz y Anna Karenina. A
las dos les dedicará trece años durante los cuales sus diarios
quedarán interrumpidos dado el esfuerzo que aquel trabajo le supone.
Y, ¿no es sorprendente?: Sonia se convertirá en su máxima
colaboradora hasta el punto de que es difícil imaginar que sin su
ayuda (peleas y reconciliaciones al margen) hubieran llegado a ser
escritas estas dos novelas. Sonia pasará a limpio una y otra vez
todos sus escritos originales (con o sin enmiendas y tachaduras)
puesto que su letra no es fácil de entender. Reescribirá el
original de Guerra y paz hasta
siete veces e incluso le dará consejos. Creía en él como escritor.
No
obstante, entre esas dos novelas le sobreviene ya una primera crisis
mística que es un preludio de lo que se le avecina; ello le lleva de
nuevo a dedicarse a la pedagogía y a la escuela al tiempo que decide
abandonar la literatura con la total desaprobación de Sonia. Pero no
fue así; y con renovadas energías vuelve a escribir. Tres años
después, cuando Anna Karenina es
publicada nace su sexto hijo; han pasado quince años desde su
matrimonio. Ya es mundialmente conocido y ha cuadruplicado su
patrimonio; «...comencé a escribir por
vanidad, codicia y orgullo».
Va a dar
comienzo la última y más doliente etapa de su vida.
______________
(1) Shirer,
William: Amor y odio. El tormentoso matrimonio
de Sonia y León Tolstói
(2)
Kallinikov, Josef: La tragedia sexual de
Tolstói
(3) Rolland,
Romain: Vida de Tolstói